La construcción nueva se añadió en el extremo oriente justo entre el árbol de Zapote y la existente, definiendo así, dos áreas exteriores, un patio central íntimo y acogedor que permite que las áreas públicas se abran hacia el norte y el oriente y un patio posterior amplio y rodeado de vegetación del contexto inmediato, donde el árbol es el protagonista junto con la piscina circular, que juega con las formas curvas del edificio que hacen posible la permanencia del árbol.