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Si estás pensando en realizar la decoración de tu casa, seguramente te encontrás con muchos elementos disponibles para utilizar y combinar. Tanto si se trata de una remodelación o de una casa nueva, la decoración tiene que ser pensada de antemano constituyendo un elemento más del proceso de proyecto.
Todo tiene que estar pensado para que el conjunto resulte armonioso y refleje tu personalidad. Con la ayuda de un profesional podrás determinar qué áreas te gustaría destacar o en cuales crear centros de interés.
Si te gusta el arte, la elección de cuadros para la decoración es una excelente opción. Rodearse de arte tiene un efecto benéfico para la salud, el cerebro y el estado de ánimo.
Ayuda a despertar el lado creativo. Le da a cada ambiente un estado de ánimo y un tono. Dan vida a las habitaciones. Difunde la cultura, crea estados de relajación, mejora la autoestima. Un cuadro puede emocionar, producir sensaciones, dar la bienvenida a nuestras visitas de una manera amigable, sensibiliza, nos remonta a un lugar o a un recuerdo.
Acá te damos algunos consejos para aprovechar al máximo el uso de cuadros para la decoración de tu casa.
Existen infinitas variantes de cuadros modernos. Desde réplicas de artistas famosos, hasta la riquísima obra de los artistas locales o menos conocidos, incluso se puede innovar con creaciones propias.
Los hay de distintas formas, proporciones y tamaños. Hoy en día se utilizan también en forma de trípticos, combinando una composición en tres o más cuadros alineados o desfasados pero que se vinculan visualmente. Las temáticas comprenden el paisaje, animales, bodegón, abstracto, flores, étnicos, africanos, música, urbanos, zen, cuadros vintage, etc. También son muy utilizadas hoy en día las fotografías artísticas.
Para combinar el arte y tu casa, tiene que estar pensada la decoración en su conjunto. Tanto el mobiliario, los colores de las paredes y la elección de los cuadros, formaran un conjunto en el cual habrá elementos que se destaquen y acompañen pero que no compitan entre sí restando importancia unos a otros.
Una decisión equivocada arruinaría el conjunto. La obra de arte deberá significar la acentuación del estilo decorativo. Para lograr ese equilibrio hay algunos puntos que podemos tener en cuenta:
La ubicación de los cuadros es uno de los aspectos más relevantes ya que define el estilo de un ambiente o el lugar que queremos resaltar. Su elección tendrá que ver con la forma y dimensiones del mismo así como el mobiliario inmediato. Lo más importante es establecer un orden, una composición.
La primera decisión será si colgar grupos de cuadros o disponer un gran cuadro como protagonista único. En el primer caso se logra un ambiente cálido y dinámico, en el segundo se generan espacios más distinguidos, elegantes y calmos.
Si se utilizan muchos cuadros, será mejor agruparlos que distribuirlos en forma dispersa y aleatoria, lo que daría impresión de caos y desorden. Las disposiciones simétricas siempre son armónicas, ya sea formando cuadrados, en hileras verticales u horizontales. En esta disposición lo ideal es generar un equilibrio de colores, formas y temáticas. Sin embargo la distribución asimétrica de cuadros también puede resultar un recurso interesante. En este caso es mejor comenzar desde el centro de la pared y desde allí extenderse en dirección vertical u horizontal.
Si el ambiente es angosto o reducido, lo mejor será colocar los cuadros verticalmente, para aumentar la sensación de altura.
Si por el contrario el ambiente es grande y bien iluminado se puede disponer con mayor libertad la distribución y el tamaño de los cuadros.
En cuanto a la altura lo ideal es colgarlo con el punto de
atención ligeramente por encima de la línea de lo ojos, con la base a 1,30 metros del suelo.
En cuanto a las distancias, las piezas de gran tamaño requieren mayor
distancia para no chocar
o generar un impacto negativo y las más
pequeñas, un acercamiento para la visión directa del espectador.
En relación al mobiliario, un cuadro colgado sobre un mueble bajo debe estar más cerca del mueble que del techo pero sin tocarlo, para no sentir que está apoyado pero menos flotando. Lo ideal sería una medida aproximada de 20 cm. desde el borde del mueble. Sobre los sillones o camas son convenientes los cuadros apaisados para no generar competencias visuales.
Otra alternativa es cubrir un muro entero, algo que le dará una sensación de mayor amplitud al ambiente. En cualquiera de los casos, es ideal tener una distancia más o menos uniforme entre las piezas a colgar.
En todos los casos los fondos sobre los que se apoye la obra deberán ser de colores homogéneos para no competir con la obra. Un cuadro de colores vivos resaltará sobre una pared clara mientras que uno de colores claros lo hará sobre una pared oscura, lo importante es que el resto del muro no contenga elementos que distraigan la atención.
La elección del marco es fundamental, si es que lo hay, ya que termina de dar identidad a la obra. Existen infinidad de variables, en colores, grosores, profundidades, materiales, texturas, estilos etc. En líneas generales este debe resaltar la obra y no competir con ella.
Se puede jugar con los materiales para darle distintos aspectos o realzar un estilo, por ejemplo un marco oscuro en una obra cálida la resalta, a su vez este puede tener profundidad para acentuar una perspectiva. Una varilla fina blanca o metálica le proporciona modernidad, mientras que un marco de madera clara le da cierta rusticidad y lo ablanda. También se puede por contraposición generar un estilo ecléctico al combinar una obra moderna con un marco de molduras antiguo.
En cuanto al tamaño ya dijimos que los hay de infinitos tamaños y formas. La elección se basará en el estudio de la habitación para determinar cuál es la proporción ideal. Si la pared es amplia un cuadro grande, o algún tríptico quedaran muy bien.
Si el espacio tiene mucha altura, probablemente sea mejor combinar cuadros verticales. De igual manera si es chico, se utilizaran cuadros de menor tamaño. No cargar: menos es más… .lo simple puede ser muy fino y acentuar el estilo.
Depende del estilo que sea la construcción podemos utilizar distintos tipos de cuadros… .sea minimalista (cuadros abstractos), de estilo rural (bodegones, paisajes, estilo campestre), vintage (cuadros retro o fotografías) etc.
En una casa moderna minimalista un cuadro abstracto con colores contrastantes puede crear un ambiente muy interesante.
Las obras de arte producen sensaciones, movilizan. Un cuadro habla de cómo sos, cuáles son tus gustos y como vive tu familia.
Así es como también para cada estancia de una casa, podemos pensar en distintos tipos de cuadros. Podemos seguir un mismo estilo pero variar las temáticas o tonos.
En un estar, serán mejores los colores más vivos, temáticas más alegres, que inviten a la reunión, sean amigables. Se trata del área social, por lo que será bueno que refleje calidez.
Podrán estar a una misma altura o desfasados generando dinamismo. Es una buena elección combinar el color de los cuadros con algún elemento del mobiliario, sean los almohadones o el tapizado de un sillón por ejemplo.
Para una habitación será mejor utilizar colores y temáticas más suaves, o que reflejen calma, serenidad y descanso.
El recibidor será el lugar adecuado para los cuadros pequeños, dando sensación acogedora de bienvenida.
Para la cocina y comedor los bodegones, los motivos de frutas, comidas y bebidas serán adecuados… .y si es arte abstracto los colores pastel y cálidos.
Para el baño serán afortunados los colores fríos que tengan que ver con el agua y el aseo.
Cada espacio es propicio para mostrar una obra de arte moderno, con lo cual tu casa puede convertirse en una verdadera muestra, pero con estilo, al estudiarse minuciosamente la forma de colocar cada uno.
Es muy importante si se quiere exhibir obras de arte, contemplar los detalles de cuidado y mantenimiento para que no se deterioren. Para ello tendremos que considerar:
Para la iluminación, es mucho mejor el uso de una luz cenital y puntual mediante leds. Un aplique a unos 20 cm del cuadro es la opción clásica, pero también se puede hacer con focos desde el techo, que queden a un ángulo de 30° del cuadro.
El sol es un agente que deteriora las obras de arte, en particular las acuarelas, los dibujos y los óleos, por lo que hay que evitar la exposición directa para evitar que se decoloren y resquebrajen.
Tampoco es aconsejable colgarlas sobre la chimenea, porque el calor puede producir daños irreparables.
Colgar los cuadros a una distancia de por lo menos un centímetro de la pared ayuda a la circulación de aire evitando humedades.
La humedad de los ambientes deteriora un cuadro por lo que hay que tener cierto recaudo al momento de ubicarlo en lugares húmedos, como el utilizar marcos herméticos o vidrios sellados.
Por último, en caso de querer limpiarlos y transportarlos, hay que ser cuidadoso usando un plumero suave o franela limpia y seca, evitando la utilización de químicos. En las mudanzas, embalar bien y trasladar en forma vertical, sin apilar.
Si una obra de arte presenta hongos o algún deterioro difícil de quitar es importante delegar esta tarea en los profesionales.
La elección de los cuadros tiene que ver con tu gusto personal, no hay teorías. Tiene que reflejar tu gusto, tus pasiones, tiene que ver con tu historia, traerte algún recuerdo o transportarte a algún lugar, te tiene que gustar, no podes poner una obra en tu casa que no te guste o no te provoque que sensaciones por el solo hecho de ser conocida o estar de moda… .o porque te dice el proyectista que queda bien; Tiene que mostrar tu filosofía de vida, tu valor afectivo, puede ser de algún autor que te guste, o un estilo que prefieras.
La elección de un cuadro puede ser algo muy divertido, solo tenés que buscar dentro del arte que te guste y ver la forma de exhibirlo de la mejor manera.
