La arquitectura de interiores y la decoración es capaz de transformar cualquier cosa, pero hay elementos a la hora de comprar una casa que si ya vienen implícitos, mejor que mejor. Uno es el espacio y los metros cuadrados. El segundo aspecto fundamental a tener en cuenta es la luz. Cuanta más tengamos… ¡mejor!
Pero una cosa está clara: de nada nos sirve tener una casa luminosa y bien orientada si no sabemos sacar partido a esa luz. Para eso, la decoración juega un papel clave. Os presentamos un proyecto que ha vuelto a llenar de luz una vivienda de por sí muy luminosa. ¡Vamos a verlo!
Destacamos varios aspectos de esta imagen que luego nos van a dar mucho juego. El primero es la amplitud. No se puede negar que nos encontramos en una habitación amplia que ofrece muchas posibilidades. Sin embargo, el pavimento tan desfasado y feo, oscurece y da un aire muy triste a la habitación. Además, fíjate en la madera con la que se ha revestido la pared de la cocina. Tampoco los muebles son como para salvarlos de la hoguera y no se salvarán, tal y como vemos en la siguiente imagen.
También te queremos llamar la atención sobre otro elemento: el arco de acceso al salón. Fíjate bien en él porque no lo verás más.
Observa con atención cómo ha cambiado el aspecto de la vieja cocina. Para empezar se ha dibujado una línea divisoria entre el espacio destinado a la cocina y el que será para el salón. Se ha hecho a través de un pavimento en patchwork que le da un aire agradable y fresco a esta mini-cocina. También el alicatado de la pared frontal juega con los tonos grises sugeridos en el suelo. Sin embargo, es el blanco el verdadero protagonista de esta cocina de diseño minimalista y moderno.
Se acabó el arco al que hacíamos referencia en la primera foto que ha sido sustituido por un hueco que amplia las vistas hacia el recibidor. La luminosidad de este salón ha mejorado mucho con el cambio de pavimento, lo que nos permite introducir elementos en tonos oscuros, como el gran sofá de estilo chaise longue en color negro que preside una de las paredes. Lejos de oscurecer el ambiente, el sofá negro le da una nota de contraste perfecta al fondo blanco.
Esta imagen nos ayuda a comprender que la necesidad de cambiar el pavimento va mucho más allá de la pura estética, y es que las condiciones de este dejaban mucho que desear. Pero sin duda lo más destacable aquí es observar como la enormes puertas correderas que conectan con la terraza han sido semitapadas por un mueble de madera. No solo resta luz, sino que parece un verdadero sinsentido bloquear de esta manera uno de los huecos de acceso a la terraza. El cambio no se hará esperar.
Esta imagen nos ayuda a comprender de manera global cómo han influido los cambios en esta sala. Por un lado, la separación de espacios gracias al cambio de pavimento entre salón y cocina. Por otro, al liberar las grandes puertas vidriadas que nos llevan a la terraza, esta gana presencia en el salón, lo que significa que necesita más decoración. Eso es lo que se ha intentado al poner un suelo de césped artificial y llenar la pared de un bonito jardín vertical.
Del cuarto de baño antes de la reforma poco se puede añadir aparte de lo que ya señala esta imagen: madera, mucha madera. Y es que utilizar un revestimiento como la madera, muy pesado visualmente, en una habitación estrecha y con una ventana pequeña no parece lo más adecuado. La madera empequeñece el espacio y aunque, por lo general, solemos decir que la madera hace más acogedoras las habitaciones, aquí el tiro le ha salido por la culata.
La transformación de este pequeño y coqueto cuarto de baño es sencillamente sorprendente. La madera ha desaparecido completamente y ha sido sustituido por alicatado en tonos blancos que se mezcla con el gris en la pared frontal, donde se ha colocado una ducha con mampara transparente. En el suelo descubrimos un pavimento que nos es familiar. En efecto, es el mismo que veíamos en la cocina. Una manera de crear continuidad y de dar al baño el mismo aire moderno y elegante que tenía la cocina.