Cómo mejorar el aislamiento de tu vivienda

Cristina Jiménez Cristina Jiménez
Llibretería, ACABADOMATE ACABADOMATE Casas modernas
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Mantener una temperatura adecuada en el interior de casa es una de las claves para hacer del hogar un sitio confortable durante el periodo invernal. Para lograr la estabilidad térmica deseada en el interior de la vivida, será importante el sistema de calefacción utilizado y cómo esté funcionando, pero también será fundamental que la vivienda esté bien aislada. En cuanto a la calefacción utilizada, hay sistemas más recomendables que otros, dependiendo de los casos particulares. Tampoco todos los sistemas son igual de eficientes (entendiendo por eficiencia el calor que producen en relación al combustible que consumen), ni igual de contaminantes y, en consecuencia, el coste de instalación y producción de energía varía también de unos tipos de calefacción a otros. 

En cuanto al aislamiento, que es el tema que nos ocupa en este libro de ideas, resulta más determinante de lo que, a priori, se podría imaginar. La eficacia del aislamiento sí que no depende del sistema de calefacción empleado; una vivienda bien aislada supone un ahorro en calefacción sea cual sea el tipo de instalación que tenga. El aislamiento es, por tanto, una medida pasiva que nos ayuda a tener la temperatura de la casa más estable durante todo el año y a preservar el ambiente interior de la vivienda de los cambios térmicos que puedan producirse en el exterior. En el aislamiento de la vivienda interviene toda la envolvente de ésta, y todos los elementos de paso, que pueden tener un importante papel a la hora de aislar unas estancias de otras. Te mostramos qué medidas puedes adoptar para mejorar el aislamiento de tu casa y ahorrar así dinero y energía a la hora de climatizar tu hogar.

​1- Identifica los puntos débiles

Lo primero que debemos hacer es identificar las zonas por las que pueden estarse produciendo pérdidas de energía y que nos estén obligando a hacer un uso más intenso de la calefacción. Pueden ser zonas que tengan una peor orientación, porque reciban menos soleamiento o estén sometidas a los vientos dominantes de la zona, zonas que tenga un cerramiento más débil por el que se esté filtrando el frío del exterior o puntos que estén creando puentes térmicos. Los puentes térmicos son zonas conflictivas por las que se transmite más fácilmente el calor,  ya sea porque no cuenten con aislamiento térmico o porque éste sea más débil, provocando que se produzcan pérdidas energéticas a través de ellos. Corregir estos puntos débiles es posible con un correcto aislamiento térmico de los muros o incorporando los materiales y sistemas adecuados si nos referimos, por ejemplo, a las carpinterías y vidrios de la vivienda.

2- Huecos de fachada

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La creciente concienciación medioambiental y las campañas que se están empezando a realizar para tratar de mejorar la eficiencia energética de los hogares han puesto de manifiesto la importancia de contar con unas ventanas adecuadas y en buen estado, pues por ellas se producen gran parte de las pérdidas de calor de la vivienda. Y es que los huecos de la fachada son los puntos más débiles de ésta. De ahí la importancia de disponer de una buena protección de los mismos, como ya hemos señalado: 

- Unas carpinterías adecuadas, con sistema de rotura de puente térmico, para garantizar el aislamiento correcto del marco de la ventana.

- Unos vidrios que aíslen, siendo los más adecuados los que cuentan con cámara de aire interior.

3- Sellado de carpinterías

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No sólo la carpintería de la ventana y el vidrio que se instale es importante, también resulta fundamental que las ventanas estén bien selladas. Muchas veces, basta repasar el sellado de las ventanas con materiales y técnicas muy sencillas, que utilizan adhesivos muy comunes, para evitar la entrada de frío y de humedad que se producía a través de las juntas. Una medida muy económica que nos ayuda a controlar la temperatura de la vivienda no sólo en invierno, sino también en verano, cuando el proceso es el inverso.

4- Protección de las ventanas

Un sistema de protección para hueco es el complemento perfecto a unas buenas ventanas. Ya sea una persiana exterior o unas contraventanas, estos sistemas también ayudan al aislamiento de los huecos de fachada. 

Si nos decantamos por una persiana enrollable tendremos que asegurarnos también de que el cajón de ésta disponga del aislamiento correspondiente; de lo contrario, estaríamos creando un puente térmico en la zona del tambor, cómo sucede en muchas viviendas antiguas y ante la que se deben tomar medidas.

5- Colocar burletes en puertas

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Otra medida sencilla que podemos adoptar para mejorar el aislamiento de la vivienda es revisar o instalar burletes en las puertas. Un burlete es una tira de tela con relleno (también puede ser de goma) que nosotros mismos podemos colocar en el canto de las hojas de puertas y ventanas para que, al cerrarlas, no queden rendijas por las que pueda entrar o salir aire (o ruido). Y es que en una vivienda no todas las estancias necesitan la misma temperatura o tienen la calefacción encendida de forma simultánea. A veces incluso, espacios calefactados están en contacto con zonas que no lo están, como ocurre muy a menudo con el vestíbulo de entrada a la vivienda. Resulta fundamental, entonces, aislar bien estas zonas entre sí, no sólo contando con un cerramiento adecuado y dotado con aislamiento térmico, para preservar la temperatura alcanzada en los espacios con calefacción (que se da por descontado), sino también tenemos que asegurarnos de que no se estén produciendo transferencias de calor de un lugar a otro a través de las puertas que comunican estancias a distinta temperatura.

6- Aislamiento de la envolvente

Ya hemos hablado de la importancia de aislar bien los muros que separan de espacios no calefactados, que deben ser tratados como muros que separan la vivienda de ambientes exteriores. En los muros de fachada ya se colocan materiales específicos aislantes entre las distintas hojas que forman el muro, pero no ocurría lo mismo en las viviendas antiguas, que no estaban sujetas a una normativa como la actual. En estas viviendas, colocar un aislamiento específico, de los múltiples que hay, en fachadas, medianeras, y muros que separan de espacios sin calefacción está comprobado que supone un gran ahorro posterior en calefacción. Se pueden colocar hacia el interior o hacia el exterior, dependiendo de las características técnicas y estéticas del edificio. Este tipo de actuaciones implica realizar una inversión relativamente importante, pero ésta se podrá recuperar con el ahorro que iremos acumulando en la factura  mensual de calefacción.

7- Tratamiento de los interiores

También los materiales utilizados para los revestimientos que conforman el interior de la vivienda son relevantes a la hora de mantener una temperatura adecuada, como lo es la posición elegida para los propios radiadores. Es decir, no todo es una cuestión de la fachada, en el interior también tenemos gran capacidad de intervención cuando queremos mejorar el aislamiento de la vivienda. 

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