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El 15 de agosto es festivo nacional y en muchos pueblos de España hoy es día de fiesta y jarana, de tradiciones regadas con un buen chato de vino, de reencuentros familiares, amigos a los que saludar con abrazos y besos, o comilonas en la vieja casa de los abuelos, donde aún se escuchan los misteriosos crujidos de la madera que tanto nos asustaban de noche cuando éramos niños, donde aún se acumula polvo y musgo en los revestimientos de piedra de la pared de las cuadras, donde al entrar en las salas oscuras de suelo de baldosa hidráulica se siente frío aunque afuera las calles echen fuego y donde nunca falta un sillón con orejeras en el que echarse una siesta tras el café con hielo de la sobremesa.
No importa si aún podemos disfrutarlas o si pasaron a otras manos, las casas de los pueblos tienen un hueco en nuestro cabeza y quizá por eso el estilo rústico sigue siendo un valor en alza, un paraíso en el que refugiarse cuando queremos olvidar la jungla de asfalto que nos rodea cada día.
Tal vez por eso, porque es 15 de agosto y a lo lejos se oyen los compases de una banda a punto de dar comienzo a la verbena, hoy queremos hablar de casas con olor a pueblo. Estilo rural que nunca pasó de moda.
Observando esta casa rural y su envidiable emplazamiento, entre árboles, en medio de un paraje espectacular,es fácil entender el encanto que mantienen este tipo de construcciones. Hay algo en las casas de piedra que las hace muy especiales. En esta fachada se ha utilizado también madera, un material que nos acerca más si cabe al entorno. Por último, no hay duda de que en este jardín cualquier celebración, por pequeña que sea, se convertirá en inolvidable.
No todos contamos con la suerte de tener una casa vieja, pero siempre podemos darle un aire muy rural a nuestro hogar poniéndole un revestimiento de piedra, que bien puede ser natural o, si nuestro presupuesto no nos lo permite, de piedra artificial. Como los acabados están cada vez más conseguidos, siempre es una gran opción por la que decantarse. Esta fachada se ha realizado en piezas de piedra artificial imitación a piedra de mampostería y el resultado salta a la vista.
Si queremos reformar la vieja casa familiar, modernizando el estilo de la decoración pero sin romper con su aire rústico no tiene por qué ser difícil encontrar muebles que nos valgan para tal propósito. Un ejemplo son estos sillones que en nada se parecen a los de la abuela, pero que quedan de maravilla en este salón. Aquí el ladrillo visto de la pared, así como las vigas de madera, combinan a la perfección con la moderna pared blanca y curvada de la izquierda. Un buen ejemplo de cómo traer las casas antiguas al moderno siglo XXI.
Qué mejor lugar en verano donde pasar una tórrida sobremesa que en el salón de una casa de pueblo. En este ejemplo todo nos da sensación de fresco: las paredes encaladas, el suelo de cerámica, los fuertes muros y la oscuridad total que podríamos conseguir cerrando las contraventanas de madera. No hay duda, este es el lugar ideal para dormir la mejor de las siestas.
Aunque conservan su encanto, las casas del pueblo ya no son lo que eran. Por suerte. A nadie le gustaría seguir duchándose con barreños calentados en la chimenea pudiendo hacerlo con agua corriente. Pero incorporar mejoras a las casas del pueblo no tiene por qué significar robarles el alma. En este coqueto baño, por ejemplo, el arco de piedra donde se ha incrustado el lavabo se ha mantenido dándole un aspecto único y especial a la habitación. Es posible que nuestros hijos ya no entiendan por qué decimos tirar de la cadena
cuando en realidad apretamos un botón en el váter, pero al mirarse en este espejo enmarcado en este bonito arco de piedra entenderán por qué nos gustan tanto las casas rurales.
Si quieres leer más sobre casas rurales, échale un vistazo a este libro de ideas: Viajando por Europa, 5 casas rurales en 5 países.
