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¿Sabías que el naranja es proyección de la intensidad? ¿Cómo lo combinaré? Te preguntarás. Bueno, es que existen diferentes tipos de color naranja que no son tan enérgicos. El hecho de que sea un color secundario permite modular sus tonos, ya sea a más amarillentos, rojizos o hasta cafés.
Pongamos atención al transitar por la calle, o ingresar a alguna tienda o casa, ¿cuántas mezclas de naranja ves? La razón es que éste es uno de los más utilizados para fachadas -especialmente en pueblos y ciudades de estilo colonial- y adentro principalmente en cocinas. Esto es porque además de transmitir intensidad, es el color de la juventud y de lo extrovertido, pero también es considerado como causante del hambre.
Así que no te confundas, si estás pensando en agregarlo a tu paleta de colores de diseño, estás en el lugar correcto. Buscamos distintas formas para solucionarte las dudas. Aquí te las presentamos a continuación.
Este es el color que todos conocemos, aquel de la mezcla en partes iguales de rojo y amarillo. Es muy común verlo en México en las fachadas de los típicos pueblos coloniales, como San Miguel de Allende, Guanajuato capital o Pátzcuaro, por nombrar algunos. Bien puede aplicarse en una casa u hotel, aunque si es muy lujoso debería usarse con moderación.
Este tono también se ve bien al interior de lugares grandes, especialmente si hay arcos como en la foto. Al mezclar las líneas curvas (significado de continuidad) con el naranja (significado de energía) se provoca el flujo continuo de energía. De esta manera invitarás a la gente a caminar entre los pasillos, ir de un lugar a otro y así explorar lo que ofrece el inmueble.
En el arte el color naranja es sumamente importante; por ejemplo, cuando los impresionistas comenzaron a utilizarlo para abrillantar su paleta de colores. Artistas como Monet, Renoir y Tolouse-Lautrec lo catalogaron dentro de sus favoritos. Por eso no es raro que sea constantemente visto en instalaciones artísticas. Si tienes una pieza interesante mete un back drop anaranjado y convierte el espacio en tu pequeño pedazo de museo.
Anteriormente te recomendamos armar tu propia instalación artística, pero la realidad es que el arte no tiene ubicación específica. Suena extraño, pero, ¿por qué no extrapolar este mismo concepto a lugares menos obvios? Elige un par de pinturas plásticas, contrasta el rojo con el naranja y listo, has traído la corriente moderna a tu baño.
Te contamos ya cómo el color anaranjado es no sólo símbolo de energía y arte, si no también del hambre. Ábrele el apetito a tu familia o visitas poniendo una encimara de este color en la cocina. No es necesario saturar de más, simplemente añádelo al estilo de los mensajes subliminales, entre otros tonos neutros o amaderados. Por cierto, guarda en tu memoria el detalle del naranja cercano al rojo.
Cuando aumentamos la cantidad de rojo en el naranja obtenemos un tono sumamente intenso y rico; su nombre es el bermellón. Normalmente a un sillón, mesa, o accesorio de ese color debería dársele prioridad, pues es tal su brillo que bien podría convertirse en el foco de la habitación. Ponle de fondo un color neutro para que brille aún más. Permítete también agregar otros muebles de diferentes estilos para obtener un cuarto ecléctico despampanante.
Una pieza completa en bermellón podría ser demasiado para algunos. La solución es sencilla: inclúyelo levemente en tu papel tapiz, textiles decorativos o hasta en un florero. Esto se puede ver en habitaciones de estilo Mediterráneo. Lo imaginamos bien en el departamento de soltera de una joven adulta.
Los ladrillos están considerados como uno de los elementos principales de construcción, aunque normalmente están cubiertos por otros materiales. En este caso te presentamos la opción de utilizarlos también como elemento de diseño. Por sus subtonos naranjas rojizos aporta la cantidad de color necesaria sin abrillantar demasiado el lugar. Ponlos en los muros de contención, rodeando ventanas, o en las columnas.
Entre los ladrillos -o el color ladrillo- hay también diferentes tonalidades. Los más claros funcionan mejor para un estilo rústico o rural. Colores vivos como el naranja, amarillo o rojo contrastan bien en este tipo de diseño.
Así como lo mencionamos anteriormente los ladrillos son fáciles de combinar. Una vez más ponemos el ejemplo del estilo ecléctico porque literalmente acepta de todo. Ladrillo pintado de blanco, desteñido, naranja y azul, con mosaicos de diferentes patrones. Deja volar tu imaginación, porque aquí nunca será demasiado.
Moviéndonos hacia el lado opuesto dentro del círculo cromático obtendremos el naranja-amarillo. Es genial para baños, exteriores, o hasta una pared de contraste en medio de una sala de estar. Acércale la naturaleza, un par de plantas harán que resalte más.
La unión del amarillo, naranja, verde y azul en vitrales da la sensación de entrar a un portal natural, pues son los colores del cielo, el agua y el sol. Al ubicar el vitral entre un marco de madera estaremos creando una pieza perfecta para una propiedad de estilo rústico. Úsalo en puertas, ventanas o como biombos de separación.
Uno de los tipos de color naranja con mayor porte es el cobre. Entra en un rango de estilos desde el ecléctico, hasta el industrial. Mézclalo con colores terrosos para una habitación con mucho edge.
Este techo originalmente fue construido para un bar en Playa del Carmen, pero bien podría ser el de una casa de gran altura. Los plafones en cobre sostienen las lámparas con discos de simulación vidrio, dando la ilusión de estar en el Espacio. Así de versátil y moderno puede ser el color cobre, por más antiguo que solía ser.
Dejamos al último esta bellísima casa con portones elaborados a partir de una mezcla de latón, cobre y bronce. Este efecto no requiere necesariamente del construir con el metal en sí, basta con patinar una superficie de madera para lograr el mismo visual sin gastar por montones. Contrástalo con hormigón, concreto en crudo, u otros tonos grises, porque el estilo industrial está a todo lo que da.