Los armarios son uno de los elementos que más protagonismo tiene en nuestra casa. Ya sean armarios empotrados, de cuerpo o vestidores, siempre intentamos afinar con el diseño y la estructura más adecuada a nuestras necesidades. Prestamos mucha atención al aspecto exterior: el tipo de puertas (correderas o de apertura hacia afuera), los tiradores, los perfiles, pero no reparamos tanto en el aspecto y distribución interiores que al final es lo que resolverá nuestros problemas de almacenamiento. A veces tenemos que hacer malabares para organizar los distintos tipos de ropa entre cajones, baldas y colgadores. Además de por la importancia de la organización, el interior del armario puede convertirse en protagonista al incorporar otros elementos como la iluminación o materiales distintos a los de la estructura principal, como por ejemplo, el vidrio. Hay quienes se preocupan por cómo vestir el interior de los armarios. Para ellos son estas ideas.
A veces tras las puertas de los armarios lo que hay es un gran desorden al guardar las cosas de cualquier manera, con la excusa de que las puertas ocultarán esa anarquía. Pues bien, para los amantes del orden, este modelo facilita la distribución y colación de los diferentes tipos de ropa gracias a las diversas posibilidades de almacenamiento en baldas, colgadores y cajones. El espacio queda estructurado de una forma cómoda y funcional, sin puertas, convirtiendo el armario en un escaparate.
La moda de dejar todo a la vista en los armarios nos obliga a ser escrupulosamente ordenados. En modelos como el que ves en la imagen, la propia estructura del armario simplifica el trabajo. Un distribución de los colgadores y estantes en dos módulos simétricos hace que la habitación sea un espacio organizado en el que la estética está bajo control.
Este elegante armario de puertas correderas con espejo, para que no te pierdas, por cierto, ni un reflejo de tu imagen, guarda una sorpresa en su interior. A la uniforme estructura de colgadores y baldas hay que añadir la instalación de diferentes puntos de luz, discretamente ocultos en el fondo del armario, que hacen brillar en todo su esplendor una gran colección de vestidos y complementos. Ideal para los más vanidosos.
Cuando se tiene la suerte de disponer de un vestidor, tras una reforma, la cosa cambia; las puertas no son estrictamente necesarias y los estantes, cajones y colgadores se pueden distribuir al gusto por toda las paredes. Hay espacio para los zapatos, los vestidos, la ropa de invierno, las camisetas… Incluso cajas de cartón a juego con los tonos de todo el conjunto, como ves en la imagen. El blanco domina la estancia y hace más radiante el momento de vestirse.
Los armarios empotrados se caracterizan por su gran versatilidad. Especialmente los realizados a medida y que tienen que adaptarse a los huecos más insólitos. En las imagen puedes comprobar cómo un espacio irregular ha sido meticulosamente cubierto por la estructura de un armario. Panelado por fuera en tonos claros, la madera de wengué de los perfiles anticipa un interior vestido y rematado en toda la estructura de baldas, estantes y colgadores con este tipo de madera.
Las buhardillas son especialmente exigentes a la hora de instalar los armarios. La inclinación de los techos siempre nos obliga a realizar mediciones para que el corte encaje perfectamente entre el techo y el suelo. Pero lo que es una dificultad, una vez empotrado el armario a medida, se convierte en un efecto atractivo y elegante. Aparecen estantes triangulares, de forma escalonada, cuyos ángulos rompen con la clásica estructura cuadrada y rectangular y añaden un toque de creatividad al conjunto.
Otra idea novedosa es no incluir puertas en los armarios y cubrirlos mediante cortinas de tela; la desventaja es que el polvo se acumula más fácilmente en los interiores, pero a cambio, ofrecen un elemento decorativo que podemos combinar a juego con los materiales del interior. En esta imagen, una madera decapada en tonos marfil, viste decorosamente este interior de armario de estilo neutral.
El estilo del interior no tiene por qué combinarse necesariamente sólo con la estructura externa del frente de armario. Es más, en este modelo, no le hace ni caso. La combinación se realiza con el suelo de la habitación y el tono de una de las paredes. Es lo que tiene el estilo minimalista.
Normalmente, el interior de los armarios está acabado en el mismo material que los frentes y el resto de estructura. A veces, vemos diseños en los que nuevos materiales entran en juego, como por ejemplo el cristal. Y lo que es un armario puede convertirse en una vitrina o expositor de tu elegancia a la hora de vestir.
Para terminar este recorrido por el interior de los armarios, un pequeño guiño a las antiguas y clásicas sastrerías. Este armario, de estilo neoclásico que se refleja en copetes, estantes y columnas, nos devuelve a ese aroma pulcro de las tiendas especializadas en ropa en las que todo está perfectamente ordenado y colocado. Da la sensación de que en cualquier momento, por la puerta, aparecerá un sastre o una modista preparado para tomar medidas.